Posteriormente apareció la Disectomía Percutánea (chirurgie percutanne de la hernie discale lumbaire- roy camille, Benazet – Saillant. Enciclop. Med-chirurgicale. París) o eliminación de la hernia discal a través de un pequeño agujero hecho en la piel por donde se introducían instrumentos muy finos sin tocar la columna y lograr de esta forma extraer el tejido discal dañado sin eliminar totalmente el disco y disminuyendo la presión intradiscal, elemento capital este en la génesis de la hernia discal. Esta técnica no produce fibrosis, ni desestabiliza la columna vertebral evitando el uso de placas, tornillos, hospitalización (dado que es ambulatoria) y se realiza sin anestesia general. Además, su costo es infinitamente inferior a las otras técnicas.
En la actualidad, se ha recurrido al tratamiento de las hernias discales mediante la utilización del Laser Holmium-Yag o «láser de contacto» (The ablation capacity of Holmium-Yag láser in lumbar interverbral discs-Leu et coll-Zurich-Suisse), técnica esta que puede resumir de la manera siguiente: Se inserta de manera percutánea una cánula, de menos grosor que el de un repuesto repuesto plástico de bolígrafo, la cual incluye una fibra láser, una micro-cámara de televisión, mangueras de irrigación y de aspiración, además de poseer un mecanismo que permite movilizar la punta de la fibra laser de acuerdo a los requerimientos del cirujano, permitiéndole de esta forma tener un control muy preciso sobre el instrumento.
Una vez adentro, el cirujano va explorando dentro del disco afectado por medio del sistema de video, lo cual le da una clara visión de cual es el problema exactamente. Aplicando el láser, el cirujano va desintegrando las partes dañadas del disco intervertebral afectado, reduciendo así la presión discal, proporcionándole alivio inmediato al paciente que se encuentra en la mesa de operaciones.
Gracias al sistema de irrigación de suero de este tipo de instrumentos, se garantiza aún más que el haz de luz láser nunca va a afectar más alla de lo requerido por el cirujano, debido a que el medio líquido que se crea dentro del disco intervertebral mantiene en un rango correcto la temperatura intradiscal.
Esta maravillosa tecnología, que a la vez parece salida de un cuento de ciencia ficción, es el State-Of-The-Art actual de la medicina en los países más desarrollados.